martes, 15 de septiembre de 2009

Este libro es un joya


Contra todo pronóstico, El informe Monteverde, de Lola Robles, cien páginas, me ha resultado una novela sensacional. Y como sospecho que este libro ha pasado desapercibido desde su publicación en 2005 voy a tratar de ponerlo donde en mi opinión se merece; en lo más alto de la CF de los últimos años.

Verán, una manera que los avispados editores tienen de pagarte los derechos de autor es abriéndote líneas de descuentos para adquirir otros libros del catálogo. Es el negocio de las cabras pues con cada libro que compras se van los derechos de cuatro ventas, pero, en definitiva, hay tratos peores en esta perra vida.

Digo esto porque de otro modo ni en el más descabellado día del malgasto se me ocurre comprarme el Informe Monteverde. La razón es la portada y la información externa. Ilustraciones a lo Harry Potter, clara apuesta por un lock juvenil, incluso la foto de la autora (espero que no le importe, después de todo pienso poner su libro por las nubes) parece la de una maestra de las que dicta a los alumnos de ESO exaltadas loas a Corea del Norte . Más obstáculos: La contraportada habla de un planeta, una lingüista y dos sociedades antagónicas, literalmente “un pueblo nómada alegre y amante de la música”, y de otro pueblo de seres ciegos y que se esconden en cavernas. Buff… ¿Hobbits contra orcos? Nada nuevo, ¿no?... A continuación da una serie de autores ingleses de los que no he leído nada y “que el estilo recuerda poderosamente a Ursula K. Leguin”, que no es santo de mi devoción. Sólo de pasada se te informa que el propósito del libro es “cómo la ciencia ficción y la fantasía pueden servirse de la lingüística para crear otro mundos”. Palabras mayores.

Sacrificar unas cuantas ventas por el Informe Monteverde fue, pues, un gesto de amor a la lingüística. Prácticamente le hice jurar al editor que no me tangaba, que no me llevaba un libro de niños marxistas enfrentados a sociedades maniqueas. Y aún así (como editor hablar con lengua de serpiente) no me fui tranquilo a casa. Dejo pasar unas semanas y empiezo con chasco. Robles nos introduce la historia con un recurso tan manido como la enciclopedia galáctica, el periodista interestelar que te pone en antecedentes sobre el personaje y tal. Mala pinta tiene esto…

Pero sigo. Sin embargo, desde la primera línea el libro desprende una prosa muy equilibrada, muy objetiva, un tono realmente selecto. Tras unas obligadas páginas introductorias y que acaso son lo peor del libro, el relato te lleva al viaje de Rachel Monteverde a la sociedad Aanuken del Planeta Paraíso. El proceso de adaptación de la xenolingüista a esa sociedad está bien relatado aunque los Aanukens son de postal y las cosas suenan demasiado a utopía hippy. Este inconveniente (por lo manido, no por lo hippy, que a uno le va Greateful Dead) se supera con una objetividad narrativa y la originalísima utilización de la lingüística como herramienta caracterizadora de ese universo. Y en el trasfondo, además del análisis de relaciones emocionales al servicio de la mejor comprensión de los Aanukens, está el misterio de los Fidhia. De algún modo, el lector intuye que la descripción del pintoresco pueblo hippy sólo persigue familiarizar al lector con la metodología para hacer lo propio con otra sociedad antagónica, la Phidia, cavernícolas ciegos, fundamentalistas religiosos y super-clasistas.

Pues no otro es el asombroso reto del libro, caracterizar una sociedad invidente a partir de la descripción de su manera de hablar. ¿Cómo es el lenguaje de un pueblo ciego, sin contacto con videntes, que durante generaciones ha creado modelos verbales exclusivos? Evidentemente, complejísimo, exhaustivo. Huelga decir que no estamos ante un libro hard. En absoluto. No hay guiños al genitivo en el indoeuropeo, ni a Strawson ni se precisa el más mínimo conocimiento previo de lingüística para disfrutar del Informe. Es, sencillamente, una maravilla y la novela más original de CF española que yo conozca. Se la recomiendo vivamente.

La autora evita ejemplarmente caer en el maniqueísmo, en los juicios de valor simples. Los personajes son potentes, complejos, reales… Elude el síndrome “efectos especiales” que a menudo saturan la CF de llamaradas, explosiones y chorradas. En su lugar, analiza con un escalpelo literario y lingüístico una sociedad y lo hace magistralmente. Cuenta una historia “real” valiéndose de la CF y lo hace con eficacia, estilo, elegancia.... Llegados aquí, me parece indignante que El Informe Monteverde no haya obtenido el reconocimiento que merece… Anda que no he leído trullos y para una novela que rompe moldes… Prestos a arreglar esto, le doy el Premio Besa 2009 Cum Laude.

El Informe Monteverde es, en definitiva, lo contrario de lo que parece. A primera vista, dirías que es un libro juvenil, un tanto manido en su planeamiento y sin pretensiones. Sin embargo, esta impresión topa con que aquí no hay tiros ni cataclismos, la trama se desliza a través de un tono frío, objetivo y calculado al milímetro donde las cosas son sensatas, medidas, de gran realismo situacional que te trasladan con comodidad, talento e inteligencia a la última parte del libro, que es donde se ventila de modo vibrante, la original, novedosa y bella historia que nos propone la autora…. Chapeu señora Robles.

A los editores felicitarles por no incluir ni la más mínima errata y pescozón de castigo por la inadecuada portada, que tanto engaña.

Luis Besa

2 comentarios:

Ferrolobo dijo...

Interesante.
Gracias por aportar la noticia.
De inmediato la adjunto a mi lista de "leibles".

Sr. IA dijo...

Y digo más...
Este libro, por su escasa extensión y temática me parece ideal para un uso didáctico en mil áres (filosofía, lenguaje... incluso supongo que para esa parida de educación para la hipocresía). Quizá eso ayude a comprender la portada.