martes, 29 de septiembre de 2009

Raro, muy raro ¿no?


Hace unos días estuve en la inauguración de ¡una librería! Si, así, entre admiraciones. En estos tiempos que alguien se atreva a a poner en marcha un negocio dedicado a la venta de libros es raro.
Pero si además esta librería es ¡¡¡de ciencia!!! pues que queréis que os diga: muy raro ¿no?
Me acompañó Gabriel que quería registrar con sus ojos tamaño evento, y conocer a las audaces féminas que se han atrevido a ello: Gara y Lara.
Les deseo mucha suerte y os dejo en enlace de aquilaciencia.es

lunes, 28 de septiembre de 2009

Vaguedad de vaguedades y sólo vaguedad

(El Roto)

El The Guardian Hay Festival Segovia, que se celebró este fin de semana, basa su éxito en traer 150 personajes de la literatura, la farándula y la cultura (caso de no ser lo mismo), reunirlos en conversaciones alrededor de temas preferiblemente interesantes, y facilitar el contacto de dichos autores con el público con la máxima interacción valiéndote de lo bonita que es Segovia y lo bien que se come.

De estos 150 personajes de la cultura, estoy seguro que 146 sabían algo más del libro electrónico que los 4 que el viernes les tocó perorar del “presente y futuro del libro electrónico”.

El presidente de Cedro me dio la impresión de que no sabía dónde estaba (aunque esa es la impresión que me da siempre, que flota)

Suso del Toro, novelista y autor de la audaz hagiografía Madera de Zapatero, dijo que le parecía bien, pero que no se apaña mucho con esto del iphone –sic-.

Javier Jiménez, editor, dijo que él tiene un papyre pero no lo usa.

Ignacio Latasa, a priori del partido del ebook, parecía saber algo más, parecía. Por lo menos, el chaval, sacó un e-book enseñándolo a la concurrencia mientras declamaba con solemnidad: “Señores, he aquí el ebook”

(Grandísimo ¡Ahhhhhhhh! de estupefacción en el auditorio, vivas a las autoridades y al progreso…. Jaleo en las últimas filas al desalojar a varias señoras desmayadas de la impresión…)

Miren que he estado (y en algunos casos hasta participado) en mesas redondas sinsentido, en actos patéticos, en las bobadas más variopintas… Pero superar la del libro electrónico del viernes, me va a costar… No hubiera pasado nada si fuera una tertulia de café entre este y el otro. Pero resulta que estamos en uno de los eventos literarios de más empaque y entre el auditorio se contaban no menos de 20 editores, decenas de autores angustiados con que el día de mañana, con lo vacilón que queda posar con el libro para el periódico local, haberse de conformar con enseñar el pincho USB… Luego periodistas de la cosa, expertos, informáticos…. En fin, auditorio de lujo para unos ponentes de pacotilla. Daba la impresión de tener a unos novicios en el proscenio predicando a los canónigos sobre cómo se cobra un estipendio. Bastante penoso, la verdad.

El respetable se cabreó, lógico. Hasta un ponderado autor como Gabriel Guerrero, salió despotricando. Jorge Ruiz, de Equipo Sirius, muy impresionado, no volvió a ser el mismo hasta varios cubatas después, el presidente de los editores de Madrid, meneaba la cabeza pensativo… Tremendo.

Suso del Toro y Cia se equivocaron. Pensaron que su auditorio estaría formado por esas ancianitas que asisten a sus bien pagados bolos en las “universidades de la tercera edad”, a las que con paciencia y tesón hay que explicarles que Cela era mal hablado pero buena persona. Intentaron vender un mensaje de tranquilidad y algo escéptico, para terminar concluyendo que bueno, sí, habrá que hablar de este tema…

Y yo ya no sé qué pensar. Está claro que el libro electrónico es más que un fenómeno coyuntural como la “termomix” (desafortunada comparación del señor Jiménez, que dijo que sí, que bueno, que el tiene una termomix y que nunca la usa, del mismo modo que tiene un papyre y tampoco, pero en este mundo hay gente para todo y nunca se sabe, aunque puede ser que sí, y puede ser que no, y que él creerá en la cosa cuando Stephen King saque a la vez en papel y en e-book su último libro- sic- ). Pienso que el libro electrónico es una realidad, y que el problema que plantea es como rentabilizarlo en una sociedad acostumbrada a disponer gratis los contenidos digitales, por un lado, y en un sistema de distribución comercial muy apegado al objeto físico como bien y que además actúa de filtro cualitativo necesario entre oferta y demanda, por otro. Pienso también que una sociedad sin cientos de miles de librerías ni tiendas de discos es una mierda de sociedad, y sí, en el fondo, confieso que me mola salir en el periódico local con cara de gafapasta enseñando mi última novela y me da que no saldré igual de favorecido sujetando un pincho USB tratando de convencer al personal que allí hay 400 emocionantes páginas. Con mi madre no va a colar, ya os lo digo ahora.

Por lo demás, y hasta ayer, pensaba que no tenía ni p*** idea del e-book. Sólo sé que desde que padezco presbicia veo con mejores ojos estos cacharritos que puedes leer a oscuras y con comodidad, que te ahorran un montón de espacio en casa y que aunque ni ciego de DYC pago 22 euros por el trhillerazo de moda de Pernilla Metesakensen, lo mismo si me gasto cuatro en descargarme el tostón. Ahora bien, si detraigo 18 euros de la cadena económica sobre un bien de valor hasta 22, aquí hay algo que no cuadra.

Lo que está claro es que el sector editorial debe tomarse este tema bastante más en serio. Por su bien, digo…


Luis Besa

viernes, 25 de septiembre de 2009

HAY FESTIVAL


The Guardian Hay Festival Segovia 2009 acogerá este año debates con otros escritores españoles como Luis Goytisolo, así como a autores de la literatura inglesa contemporánea como Martin Amis, MJ Hayland y Mónica Ali.
Segovia también se abre al debate sobre el mundo digital con la presencia, del reconocido blogero Francis Pisani; a la reflexión sobre arquitectura sostenible y diseño con Martha Thorne, directora ejecutiva de los prestigiosos Premios Pritzker, considerados como los premios Nobel de la Arquitectura; y al recuerdo de los veinte años de la caída del Muro de Berlín con la presencia del filósofo y politólogo checo Vaclav Belohradsky.
Zena el Khalil, Isabel Fonseca, Ron Leshem y Jenny Valentine serán otros de los invitados a la cuarta edición del The Guardian Hay Festival Segovia 2009, que contará con la presencia del biólogo y catedrático de genética Steve Jones, quien repasará la obra del padre de la biología moderna, Charles Darwin. Philip Glass (viernes, 25); Russian Red (sábado, 26); y Courtney Pine, (domingo 27), protagonizarán los tres conciertos de esta nueva edición del The Guardian Hay Festival Segovia 2009.

Luis Besa

jueves, 17 de septiembre de 2009

Besos de aire y sueño


Un cursillo sobre autoestima, sobre control de personas agresivas, sobre autocontrol de nuestra propia ira. Quince personas en círculo. Hace frío; ya está avanzado noviembre. El lugar no es el más adecuado; sillas duras, de madera contrachapada, donde nuestros alumnos intentan acomodarse durante el día. ¿Cómo queremos que se estén quietos? Ningún culo decente aguanta esta rigidez mucho tiempo. La ponente habla con un tono muy estudiado, casi perfecto. Las palabras surgen entre sus labios con una fluidez envidiable; flexión de la voz, giros, variaciones sutiles de la entonación. Igual que las bebidas isotónicas, sus palabras son isotónicas y nuestros cerebros las absorben con rapidez. Sabe lo que se hace:

“¿Camino? Ser buenos, pacientes, comprensivos, disciplinantes y tolerantes a un tiempo. Saber cuándo es tiempo de garrotes y tiempo de abrazos.”

Y tú estás a mi lado, pelo cobrizo y ensortijado, nariz algo respingona, adornada con multitud de diminutas pecas. Igual podíamos estar en Edimburgo o en Dublín. Pasarías desapercibida. Los dos pasaríamos desapercibidos. Aquí no, ese rostro no. Eres deportista; evidencias, en la dureza aparente de tu muslo, en tus hombros bien torneados, perfectamente alineados en una espalda recta; y además hueles a jabón, no a colonia. Respiras despacio y parpadeas más despacio aún. Pareces atenta al discurso que revolotea desde el otro extremo del diámetro. Pero sabes que te estoy mirando a hurtadillas, que busco la menor ocasión para dibujar con el movimiento de mis ojos tu perfil puro, limpio, desde esa frente ligeramente lanzada hacia adelante hasta tus manos que reposan sobre el cuaderno de notas. Y en el camino, tu pecho, como se dice al uso, “turgente” o, también, “generoso”, sonriendo dentro de ese jersey burdeos de cuello alto. Hemos sido pareja en una actividad de grupo; todavía queda alguna gota de sudor del esfuerzo para que mis ojos no gritaran cuando se encontraban con los tuyos. Te sentías segura y disfrutabas viendo mi azoramiento infantil, cómo perdía el hilo de mi discurso cuando sonreías sin pestañear; y entonces tu sonrisa se hacía más patente y yo me rendía y te pasaba la palabra porque las mías me sonaban huecas, estúpidas, irreales.

Pero ahora estás pendiente de otro discurso. Este, sí, perfectamente construido. Y yo me evado de esa red de palabras donde no quiero quedar preso, cojo el bolígrafo y comienzo a escribir:

¿Cómo llegar a tu corazón? ¿Dónde está la llave del baúl de los sentimientos? Y la caja de Pandora de las emociones, ¿dónde quedó olvidada? Te siento tan cerca… te siento tan dentro… Deja entreabierta tu puerta. Pon aceite en la candela de la vida.

Debo hacerlo. Debo hablarte. No quiero una duda en mi pensamiento. Y sé cuál será tu respuesta. No suelo equivocarme. Nunca me equivoco; en el fondo de mi corazón nunca me equivoco. Siempre temo el “no”; siempre espero el “no”. ¿Cuándo cambiaré y empezaré a ser mejor yo, más yo?

Me siento lejos. Un atardecer. El mar. Frío junto a la orilla. Conversar. Ver cómo el sol te ilumina los ojos. Todo sigue. ¿Cómo penetraremos el uno en el otro?

A tu lado me siento confundido. Creo que me estoy equivocando. Eres sólo un espejismo, pero… ¡tan hermoso! ¿Qué guardas dentro de ti? Me gusta la elegancia de tu porte. ¿Es todo un engaño de mis sentidos? ¿Por qué siempre pretendo conoceros a través del cuerpo? Te mueves, reposas, me admiro ante tu pose, tu gesto. Y sueño. Sueño contigo más cerca de mí, desnudando sentimientos a la vez que te quito la ropa. Poco a poco, saboreando cada momento, cada paso, cada prenda que cae. Y llegamos a donde anhelamos llegar. A tu plena desnudez. Y recorro con mis ojos, con mis manos, superficies y rincones de tu cuerpo. Y descubro maravillado esa otra tú, esa mujer que aparece sobre tu piel cuando toco, cuando palpo las esquinas de intimidad que hay en ti.

Déjame que juegue con tu pie. Déjame soplar suave sobre tu pierna; déjame llegar, llegar apenas, sí, a la gruta sagrada de la ninfa, yo, fauno en mi delirio por ti. Mi lengua contra tu sexo, mientras el aire entra y sale, tiritando y con premura, de tu boca; mientras tus pechos, ahora descansando sobre la cama de tu cuerpo, suben, intenta escapar, caen para volver a levantarse, con el dedo índice de su pezón apuntando hacia el cielo de una habitación, quizás anónima, pero desde ahora inolvidable y querida.

Busco conocerte ahí, desnuda debajo de mí, desnuda a mi lado, con todos los labios de tu persona sonriendo a la vida, quedamente, con profundidad, con sabiduría. Sabes quién eres, sabes dónde estás, sabes dónde me he colocado yo, dónde me descubro al quedar desnuda mi persona ante ti.

Te alejas y vuelves. No tengas miedo. ¿O soy yo que leo cada movimiento, cada gesto? Me equivoco, no puedes ser verdad. Tú, desnuda, abierta, natural, entregada, no existes. Eres fruto de mis anhelos, de mi profunda soledad. Te he creado, como demiurgo, a mi complacencia. Tu cuerpo es real, muy real; pero tú no lo eres. No existes como persona viva, auténtica. Estás a mi lado y, en realidad, no existes. Nunca existirás. Yo te forjé y deberé asistir a tu desaparición. Cuando nos levantemos, cuando hables, todo habrá acabado. Y yo romperé estos folios. Palabras que sólo manifiestan mi deseo, mi tremendo deseo de existir, de sentir la vida, de encontrar un sentido a este día que muere antes de que otro nazca. No eres para mí, lo sé. Pero mi intención es quedarme así, desnudo de ti, como llegué. ¡Cómo duele el calor de la vida cuando la tienes tan cerca!

Rojo sangre en tus labios; rojo sangre en tu cara. Ellos miran. Sabes que lo saben. Rehuyes el contacto accidental conmigo. Temes que todos se den cuenta. Pero tú sabes que lo sospechan. O quizás la conciencia de esta realidad que ahora nace te inquieta. ¿Qué se ha descolocado en tu vida? ¿Y en tu corazón? Déjate llevar. ¿Sientes ese gusanillo que te mete cosquillas en el estómago? Deja que te corroa, que se adueñe de ti. Disfrutarás. Encontrarás que la vida tiene muchas facetas. Una puedo ser yo, los momentos que vivas junto a mí. Relaja tu tensión. Tenemos tiempo. Hazte poco a poco a la idea. ¿Por qué te cuesta soñar? ¿Te asusta? ¿Temes encontrar una ventana nueva hacia la felicidad? Si supieras cuántos lugares por visitar, cuántos secretos que contar, tantos y tantos atardeceres que ver juntos… Te dibujas en el fondo de la caverna. Veo tu sombra sonreír. Acércate. Deja que te acaricie. Deja que tu sombra me rodee, me posea, me abrace. Un beso. Sólo un beso, aunque sea aire, aunque sea viento, aunque sea sueño.

José Luis Hellín

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Me gusta, sí señor, me gusta


De vez en cuando, y a pesar de algún pescozón que me dan, hay ciertas alegría que le hacen a uno darse besitos delante del espejo. La promesa del Almogávar, de Francisco Oliver, ocupa el segundo puesto mejor valorado en la Casa del libro por delante de Larsson, Falcones y compañía.

Me alegro por ti, Francisco, y espero que la valoración de los lectores continúe con el segundo que está pendiente.

Como regalo para todos podéis ver este video de las presentaciones en Teruel y Zaragoza.



Jorge Ruiz

martes, 15 de septiembre de 2009

Este libro es un joya


Contra todo pronóstico, El informe Monteverde, de Lola Robles, cien páginas, me ha resultado una novela sensacional. Y como sospecho que este libro ha pasado desapercibido desde su publicación en 2005 voy a tratar de ponerlo donde en mi opinión se merece; en lo más alto de la CF de los últimos años.

Verán, una manera que los avispados editores tienen de pagarte los derechos de autor es abriéndote líneas de descuentos para adquirir otros libros del catálogo. Es el negocio de las cabras pues con cada libro que compras se van los derechos de cuatro ventas, pero, en definitiva, hay tratos peores en esta perra vida.

Digo esto porque de otro modo ni en el más descabellado día del malgasto se me ocurre comprarme el Informe Monteverde. La razón es la portada y la información externa. Ilustraciones a lo Harry Potter, clara apuesta por un lock juvenil, incluso la foto de la autora (espero que no le importe, después de todo pienso poner su libro por las nubes) parece la de una maestra de las que dicta a los alumnos de ESO exaltadas loas a Corea del Norte . Más obstáculos: La contraportada habla de un planeta, una lingüista y dos sociedades antagónicas, literalmente “un pueblo nómada alegre y amante de la música”, y de otro pueblo de seres ciegos y que se esconden en cavernas. Buff… ¿Hobbits contra orcos? Nada nuevo, ¿no?... A continuación da una serie de autores ingleses de los que no he leído nada y “que el estilo recuerda poderosamente a Ursula K. Leguin”, que no es santo de mi devoción. Sólo de pasada se te informa que el propósito del libro es “cómo la ciencia ficción y la fantasía pueden servirse de la lingüística para crear otro mundos”. Palabras mayores.

Sacrificar unas cuantas ventas por el Informe Monteverde fue, pues, un gesto de amor a la lingüística. Prácticamente le hice jurar al editor que no me tangaba, que no me llevaba un libro de niños marxistas enfrentados a sociedades maniqueas. Y aún así (como editor hablar con lengua de serpiente) no me fui tranquilo a casa. Dejo pasar unas semanas y empiezo con chasco. Robles nos introduce la historia con un recurso tan manido como la enciclopedia galáctica, el periodista interestelar que te pone en antecedentes sobre el personaje y tal. Mala pinta tiene esto…

Pero sigo. Sin embargo, desde la primera línea el libro desprende una prosa muy equilibrada, muy objetiva, un tono realmente selecto. Tras unas obligadas páginas introductorias y que acaso son lo peor del libro, el relato te lleva al viaje de Rachel Monteverde a la sociedad Aanuken del Planeta Paraíso. El proceso de adaptación de la xenolingüista a esa sociedad está bien relatado aunque los Aanukens son de postal y las cosas suenan demasiado a utopía hippy. Este inconveniente (por lo manido, no por lo hippy, que a uno le va Greateful Dead) se supera con una objetividad narrativa y la originalísima utilización de la lingüística como herramienta caracterizadora de ese universo. Y en el trasfondo, además del análisis de relaciones emocionales al servicio de la mejor comprensión de los Aanukens, está el misterio de los Fidhia. De algún modo, el lector intuye que la descripción del pintoresco pueblo hippy sólo persigue familiarizar al lector con la metodología para hacer lo propio con otra sociedad antagónica, la Phidia, cavernícolas ciegos, fundamentalistas religiosos y super-clasistas.

Pues no otro es el asombroso reto del libro, caracterizar una sociedad invidente a partir de la descripción de su manera de hablar. ¿Cómo es el lenguaje de un pueblo ciego, sin contacto con videntes, que durante generaciones ha creado modelos verbales exclusivos? Evidentemente, complejísimo, exhaustivo. Huelga decir que no estamos ante un libro hard. En absoluto. No hay guiños al genitivo en el indoeuropeo, ni a Strawson ni se precisa el más mínimo conocimiento previo de lingüística para disfrutar del Informe. Es, sencillamente, una maravilla y la novela más original de CF española que yo conozca. Se la recomiendo vivamente.

La autora evita ejemplarmente caer en el maniqueísmo, en los juicios de valor simples. Los personajes son potentes, complejos, reales… Elude el síndrome “efectos especiales” que a menudo saturan la CF de llamaradas, explosiones y chorradas. En su lugar, analiza con un escalpelo literario y lingüístico una sociedad y lo hace magistralmente. Cuenta una historia “real” valiéndose de la CF y lo hace con eficacia, estilo, elegancia.... Llegados aquí, me parece indignante que El Informe Monteverde no haya obtenido el reconocimiento que merece… Anda que no he leído trullos y para una novela que rompe moldes… Prestos a arreglar esto, le doy el Premio Besa 2009 Cum Laude.

El Informe Monteverde es, en definitiva, lo contrario de lo que parece. A primera vista, dirías que es un libro juvenil, un tanto manido en su planeamiento y sin pretensiones. Sin embargo, esta impresión topa con que aquí no hay tiros ni cataclismos, la trama se desliza a través de un tono frío, objetivo y calculado al milímetro donde las cosas son sensatas, medidas, de gran realismo situacional que te trasladan con comodidad, talento e inteligencia a la última parte del libro, que es donde se ventila de modo vibrante, la original, novedosa y bella historia que nos propone la autora…. Chapeu señora Robles.

A los editores felicitarles por no incluir ni la más mínima errata y pescozón de castigo por la inadecuada portada, que tanto engaña.

Luis Besa

jueves, 10 de septiembre de 2009

Realidad aumentada

En los últimos tiempo (ultimísimos, diría yo) se habla mucho de la "realidad aumentada". Para entender a que me refiero baste señalar que es el desarrollo de un nuevo software que aplicado a las cámaras de los móviles, te permite saber cosas sobre lo que estás enfocando.
En esta imagen una transeúnte enfoca el Museo Thyssen con su cámara, y esta le facilitas datos sobre el año de construcción o el arquitecto que lo hizo. Estos datos se pueden asociar a la imagen y circularla por la red si se quiere.
Hay otras muchas aplicaciones en este concepto de realidad aumentada. Como no podía ser de otra forma, los militares fueron los primeros en utilizarla y desarrollarla. Un soldado que combate en un entorno conflictivo urbano, verá reflejada en sus gafas (como cámaras) lo que hay alrededor de su posición.
La realidad supera la ficción. Crudo lo tienen los autores de ciencia-ficción.


Hay aplicaciones más prácticas, tales como la de esta foto. En ella se muestra Santiago de Compostela, lo que te permite saber cosas sobre la ciudad, monumentos interesantes de alrededor, donde comer, las líneas de autobús,... ¿Dónde quedaran esos mapas tan complejos de usar, con 28 dobleces, que no sabes en que bolsillo meterlos y que al final se rompen?
Más aplicaciones son las educativas. Y las primeras las Matemáticas. Por ejemplo, enfocar una poliedro y este se convierte en una figura 3D en la cámara, o cuando abras un libro, sale un profesor virtual que te explica la lección correspondiente. ¿Y que me decís de este simpático dinosaurio?


¿Ciencia-ficción? No, realidad aumentada

Jorge Ruiz

jueves, 3 de septiembre de 2009

Metro 2033


Acabo de finalizar la lectura de "Metro 2033", de Dmitri Glukhovsky y mis sensaciones son contradictorias.
Antes de meterme con la novela conviene señalar algunos datos sobre el autor. Dmitri Glukhovsky es licenciado en Periodismo y Relaciones Exteriores. Participó en la expedición rusa al Polo Norte, y actualmente trabaja como freelance para Russia Today's. Domina varias lenguas, entre ellas el español. En 2007 ganó el Encouragemente Award of the European Science Fiction Society del prestigioso concurso EuroCon en Copenhague precisamente por Metro 2033.
La trama se situa en el Metro de Moscú en el año 2033, después de una terrible guerra nuclear y bacteriológica con las consecuentes secuelas para la Humanidad.
Los supervivientes se esconden en el Metro (se vislumbra que debe haber otros en distintos Metros del mundo), creando una nueva civilización sin apenas recursos. Un lugar oscuro, túneles sin fin, estaciones fantasmales, criaturas de pesadilla y ningún metro corriendo por sus raíles.
Dmitri ha construido un mundo alternativo, reproduciendo de forma descarada los actuales conflictos. Hay organizaciones mafiosas que controlan determinadas estaciones; un grupo de nazis se reproduce en varias de ellas; confederaciones de ultrareligiosos en otras; toda un línea en manos de los neosoviéticos. Y la Polis, donde se alternan en el Gobierno los militares y los académicos.¿Y arriba? un mundo fantasmal dominado por seres producidos por las mutaciones genéticas.
La novela está construida como una road movie en torno al viaje iniciático del joven Artjom para prevenir a la red entera de terribles amenazas. Y aquí el autor se explaya con personajes que entran y salen y que dan luz a la trama.
Toda la novela está impregnada del miedo a la oscuridad, a lo dsconocido, sin saber muy bien de donde puede venir el peligro, tal como dice un pesonaje: "[...]en el túnel que no hay ratas, hay algo más peligroso."
La novela tiene grandes momentos de tensión que sin embargo decaen en otros capítulos. Se echa de menos una explicación de por qué se ha llegado a esta situación, lo que permitiría al lector situarse mejor.
En algunos momentos los personajes se refieren a los nombres antiguos de las estaciones y, paralelamente a los modernos, lo que a veces distrae. Es de agradecer los dos mapas del metro moscovita que se han impreso en las contracubiertas.
Existe un juego para PC, PS3, Xbox 360 que te hará disfrutar "del miedo"... si eres adicto a estos entretenimientos.


Leyéndola en un chiriguito de playa, con una cervecita, me ha entretenido.

Jorge Ruiz

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Tolkien


Hace 36 años falleció (me anticipo un año a la cifra redonda) Tolkien, el para muchos, padre de la literatura fantástica.
Autor de títulos muy conocidos, hay facetas de su vida no tan populares. Era extremadamente católico (lo que se refleja en sus obras, como no podía ser de otra manera), apoyó el levantamiento fascista de Franco y se sintió profundamente decepcionado por las reformas introducidad por el Concilio Vaticano II, entre otras.
Runas de Tolkien con su traducción.

Sin embargo su obra ha permitido hacer una cosa que otros muchos no sabe(n)mos hacer: que los niños lean.
Para 2010 se anuncia el estreno de la película Hobbit, producida por Peter Jackson y New Line Cinema. Parece que el acuerdo está en realizar dos películas con estrenos (la segunda en 2011).

Jorge Ruiz

martes, 1 de septiembre de 2009

No es negro todo lo que brilla


Decía Jorge, no ha mucho, lo bien que se lo pasó leyendo Millenium.

Como autorcete la envidia me corroe cuando un autor, ni que esté muerto, vende las burradas que ha vendido Larsson. No lo puedo soportar.

Pero es que tampoco soporto la novela negra actual. Me parece una mierda, y lo voy a demostrar (otra cosa es que la gente se divierta leyendo gilipolleces, yo sin ir más lejos, gusto de ver Donde Estás Corazón), pero llamemos a las cosas por su nombre: gilipolleces.

Me leí las últimas páginas de la trilogía. Es lo que hago siempre con este tipo de Best Sellers. Si algún despistado me pregunta de que va, le suelto el final y le digo que no es una mierda del todo.

¿Por qué es una mierda? ¿Por qué estoy tan enfadado?

Por inveraz.

Una cosa tan literaria como el mal, como el delito, no debería servirse en contextos tipo millonario con conocimientos avanzados de bricolage que se monta una checa en el sótano. Refinados psiquiátras caníbales especialistas en El Canaletto. Tramas de snuff, conspiraciones internacionales… Gilipolleces.

Uno, que ha sido redactor de sucesos, sabe que la delincuencia es, ante todo, miseria humana. Explotación, salvajismo, polis puteros que se meten donde no deben, mafias de seguratas para el control de obras, tráfico de ilegales, drogas por un tubo y ante todo y sobre todo testosterona, bronca alcohólica, pechera y navajazo, eso y una abrumadora burocracia al servicio del statu quo y el orden social establecido… Absolutamente nada que ver con los contextos donde se sitúan la inmensa mayoría de las tramas de la novela negra actual. Ni magnates, ni rubias ninfómanas… Lumis de a 30 la mamada, negros matándose a mordiscos por la farola donde campará su nigeriana, confidentes ajustándose las cuentas. Polis que pasan de todo. ¿Es que acaso este show les parece poco?

Eso por el lado penal.

Por el lado civil, no hay nada que un buen testaferro no te apañe. Con eso y buenos notarios lo más que te pasa es que te inhabiliten para concejal. Bueno, sí, en una de malas (hasta los tontos lo saben) queda con la mujer de la limpieza encargada del juzgado y suéltale 200 por fregar tu por ella una tarde, te vas directo a donde está tu expediente y lo cambias de despacho pintando con boli en el clasificador “archivar”. No hay que ser tan bruto como en Marbella, que quemaron el juzgado y el pirómano apareció chafado en el suelo tras “caer” de la azotea. Ni por supuesto tomarse la molestia de cepillarse periodistas (salvo que seas Putin, entonces sí).

Los Larsson y compañía escriben ciencia ficción en estado puro. Y para eso yo me quedo con el Neuromante, con el cibertrhiller, que encima está mejor escrito. Pero no es ese el problema, el problema es que estas novelas de “amor, gore y lujo” que se venden como “negra” desatienden un nicho literario de valor incalculable.



Lean a Leo Malet, a Vázquez Montalban, a Jaume Fuster… Ese pedazo de novelita que es El Triunfo, del fallecido Casavella, incluso el Laberinto de las Aceitunas de Mendoza. Eso es novela negra, lo demás mariconadas.

El principal cagón es Marlow. Chandler escribe a lo grande, perfecto, de modo que mientras en América los matuteros del whisky se mataban por las esquinas, Chandler escribía de ricachos enredados en corruptelas. Para darle sal al tema, va una ninfómana y le pregunta al detective si tiene algo para chupar, estoico, Marlow la aparta con indiferencia (¿sabe que su señora –la legal- le dejará sin un duro si se entera, o es que se acaba de masturbar, o es que es gay?); hay que ser un genio para que esta escena tan cutre funcione fuera de estos tres parámetros.

Con anterioridad, Poirot, Sherlock, Marple, Dupin (los grandes, con permiso de Maigret y Ripley) concebían la novela de crímenes como un pasatiempos intelectual, cualquier asomo de realismo era aniquilado en aras de la diversión. ¿A quién se le ocurre reunir a sus 10 enemigos en una isla y apiolarlos uno por uno? A nadie, ya puestos, echa matarratas en el cocido y a otra cosa. Pero mola.

La cosa cambia cuando vas de desvelador de la supuesta realidad.

Es aquí cuando la novela negra pierde el norte y se convierte en chorrada. Por así decir, pasamos de Lanzarote del Lago a Palmarín de Irlanda en el Congo belga. Infumable.

En el fondo, el éxito de Millenium se basa en la moraleja, “los ricos también pringan”, unas gotillas de gore y sexo, otro tanto de tecnothriller y un misterio de pacotilla. Es “novela rosa social”, un Donde Estás Corazón del Trhiller, un superventas no muy distinto que el Código Da Vinci o Los Hombres de Paco… Lo que sea menos novela negra.

La novela negra debería inspirarse en la realidad, no tergiversarla.

O sea, me quejo de que esto no es novela negra. No sé que es.


Luis Besa