martes, 17 de febrero de 2009

El hard bien temperado



Por este blog pasamos –entre otros- algunos autores del catálogo de Sirius, los que no nos conocemos personalmente, nos conocemos por persona interpuesta, de donde resultaría enormemente feo –y contraproducente- poner a parir la novela de un compañero. Por lo mismo, si yo digo que La Luz del Infinito, de José Antonio Suárez, es un pedazo de novela, que me ha gustado un montón y que la recomiendo con entusiasmo, me dirán, con razón, que el planteamiento está viciado en su credibilidad.

Así que ¿qué hago ahora? Acabo de leer una magnífica novela. ¿Me quedo callado? Pues no. Voy a ver si les convenzo.

Estamos en un futuro remoto pero no lo suficiente como para desdibujar un mundo familiar en sus problemáticas. El planteamiento huele a Pohl, a Galáctica, a nave espacial de la buena... es ingenioso a la par que clásico. En el principio de la exploración estelar, los humanos mandamos IAs (conciencias o personalidades humanas envasadas en binario) más allá del Sistema Solar. Estas IAs terminan evolucionando en los errantes, conciencias que se encarnan en cuerpos criados ad-hoc. El cuerpo se muere y la IA se reencarna de nuevo. En sus devaneos por las galaxias, los errantes descubren los vestigios de una civilización alienígena extinta y de la que heredan la tecnología necesaria para el viaje hiperlumínico. Circunstancias de la vida, los errantes se desgajan en dos sociedades, una dictadura y otra más abierta, Utopía. Los recelos entre ambas facciones son brutales, hasta el punto que los “utópicos” optan por trasladar la tecnología alienígena a los castizos terráqueos, que hasta la fecha laguidecíamos en nuestro sucio, mortal, y no obstante tan querido planetita (más un poquitín de Marte y colonias sueltas). No crean que por ello los terráqueos nos mostramos muy agradecidos, no. Al contrario, las relaciones con los “fiambres”, como se conoce popularmente a los errantes, son entre pésimas y peores.

Para acabarlo de arreglar, encontramos una Tercera Vía, grupo terrorista de errantes disconformes con la dictadura de Varuna y la poco utópica Utopía. A partir de aquí se desarrolla un thriller, en si mismo, muy bien urdido.

Ahora bien, lo más deslumbrante de La luz del Infinito es el brillante y riguroso manejo narrativo del entramado científico. Si yo les digo que la novela habla de singularidades cuánticas, de la unificación de la física, del campo de Higgs, que hay también guiños a la bioquímica, al esbozo de cómo serían seres alienígenas y sus ecosistemas, ustedes me dirán que es una novela Hard. Y yo no sé que decir, supongo que sí. Lo que sé es que hay mucho talento narrativo y la historia, la trama, sustenta y asimila muy bien esos momentos hard que trufan el texto.

Es decir, uno de los problemas del hard –y en general de toda narrativa no realista- es trasladar al lector el “cómo es posible que...” Por lo común, no queda otra que insertar una digresión, una sobrecarga informativa, bien sea en forma de diálogo o un paréntesis discursivo. Y hay que ser sumamente habilidoso para que esta sobrecarga (que se añade al desarrollo de la trama, a la descripción de la situación y a lógica del personaje), primero tenga rigor, y segundo sea compatible con una lectura menos profunda de la obra.

Que no se cargue el ritmo. Hay que dosificarla, caracterizarla en el momento oportuno con analogías asumibles tanto para un adolescente como para un

licenciado en física. Es todo un arte dentro del arte que hace del hard “palabras mayores” en cuanto a género.

Personalmente, me parece que aproximarse vagamente a lo que hace Suárez es realmente difícil, meritorio y digno del mayor aplauso. No creo que en España encontremos cinco tíos capaces de escribir lo que él escribe. Y si no me creen, lean el libro y sabrán a qué me refiero.


Luis Besa



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido contigo, es un magnífico libro. Inteligente, interesante e imaginativo.

G.G.G

Anónimo dijo...

Quisiera añadir otra cosa mas. Decir una cosa cuando es cierta, es ser justo, nada mas y quién lo dude, muy bien. que lo compruebe por si mismo. Yo a este señor no lo conozco de nada, pero a cada uno lo suyo, es una novela magnífica (En mi opinión). Un abrazo.


G.G.G

Francisco Pacheco dijo...

Nunca lei hard, no me gustan las etiquetas, pero si esto es hard me gusta el hard. Despues de leer la novela me quede alucinado y fuí a por mas "Sombras en Titan" la termine y voy como loco a por "Nuxlum" todas de Suarez.
Por lo tanto no creo que lo que dice Besa sea peloteo de compañero, en todo caso contar la realidad que en este caso es tan HARD como maravillosa.