miércoles, 22 de octubre de 2008

Ciencia-ficción versus fantasía: la igualdad en la desigualdad

Siempre se ha diferenciado entre el Género Fantástico y la Ciencia-Ficción, como si fueran dos entes o asuntos distintos.

No obstante, en las revistas de relatos y en ciertos colectivos se emplea el término “Fantasía y CF” o, más completo aún, “Fantasía, Terror y CF” para englobar todo un tipo de literatura, no definido con exactitud, pero reconocible por la mayoría de los lectores.

Si no nos estamos volviendo locos, todo esto lleva a la conclusión de que la CF y la Fantasía tienen mucho más en común de lo que creemos. Sería interesante analizar por qué la Fantasía y la CF no son líneas paralelas, sino líneas que se interceptan innumerables veces, y que incluso pueden fundirse en una sola.

Cuando se estudia a fondo la cuestión, la clave es que la Ciencia Ficción y el Género Fantástico son lo mismo, pero contado de distinta manera. Son la igualdad en lo desigual. O, dicho con más exactitud, la CF forma parte del Género Fantástico. La Fantasía, el Terror Sobrenatural y la CF (entre otras cosas) serían tres ramas de un mismo y gran árbol.

A partir de ahora se tratarán de argumentar dichas conclusiones.

El Género Fantástico debe su propio nombre a que en él se producen hechos fantásticos, hechos sobrenaturales, capaces de romper, dislocar o trastocar las leyes físicas y naturales que rigen nuestro mundo.

Eso es lo que también ocurre en la CF.

No encontraremos un libro de CF que no viole las leyes naturales, que no viole la estructura de la realidad. Alguien podría decir que eso no es cierto porque se pivota sobre el eje de la Ciencia. Pero no es así. La CF pivota sobre una Ciencia ficticia y fantástica, no la Ciencia real y constatable que usamos y conocemos.

Si tomáramos una novela que describiera la creación de la oveja clonada Dolly, y contara el proceso desde un punto de vista científicamente riguroso, no sería CF. Sería un ensayo científico o una novela de narrativa realista protagonizada por científicos. Pero si tratamos una sociedad en la que se clonan seres humanos en masa, ello automáticamente entraría dentro de la CF. ¿Por qué? Porque se ha hecho una fantasía de la Ciencia: aún no existen modos de clonar un ser humano y por tanto se ha creado un hecho sobrenatural a fuerza de “estirar” nuestra Ciencia hasta límites sobrenaturales, que rompen y dislocan el mundo que conocemos. En definitiva, tenemos un hecho fantástico bajo la coartada y el disfraz de la Ciencia.

En ocasiones, la CF ni siquiera se preocupa por su verosimilitud científica. Nadie diría que Star Wars es una obra de Fantasía, pero sin embargo en ella la Ciencia queda tan destrozada y aniquilada como en una obra de magos y dragones: naves espaciales que disparan láseres, alienígenas por doquier, estruendos de explosión en el vacío del espacio… ¿Qué tiene esto de científico? Nada. Entonces, ¿qué hace a SW CF y no Fantasía?

Pura y llanamente: la Estética (segundo enmascaramiento del hecho fantástico; el primero fue la Ciencia). Lo que cambia es la apariencia: trajes, armas, utillaje, ambientes… Se enmascara el hecho fantástico bajo una estética futurista: láseres en lugar de espadas y flechas, generadores antigravedad protoatómicos en lugar de hechizos de segundo nivel, alienígenas del planeta XR-32 en lugar de trolls u orcos, batallas galácticas en lugar de batallas campales... Ciencia en lugar de... Magia.

En una gran parte de la CF, la Ciencia tiene la misma función que la Magia. Cuando un mago lanza un conjuro, sabemos que eso no puede ocurrir en un mundo científico. Pero en el mundo de la novela sí es posible porque en él existe la Magia. De manera análoga, si una nave espacial surca el hiperespacio y recorre años luz en segundos, eso es imposible en nuestro universo. Pero en la CF ocurre porque hay... ¿Magia? No. Porque hay CIENCIA.

La CIENCIA es el ente todopoderoso que permite los cañones de fotones, escudos de energía, generadores antigravedad, cerebros positrónicos, viajes en el tiempo, psicohistoria y muchas otras maravillas irreales. Hablo de CIENCIA en mayúsculas para distinguirla de nuestra Ciencia cotidiana, mediocre y anodina, la de los laboratorios desangelados, operarios con bata blanca, simulaciones por ordenador y mediciones interminables.

La CIENCIA, en la CF, es FANTASÍA.

Pongamos dos ejemplos ilustrativos. El viaje en el tiempo, si lo realiza un mago, es Fantasía. Pero si lo hace una máquina que funciona por impulsos de protoneutrinos negativos acelerados, es CF. Si un mago lleva a cabo un hechizo para dominar la mente de otra persona, es Fantasía. Si lo hace un telépata creado por Asimov, es CF.

La CF se alimenta de una tecnojerga que incluye una mezcla de términos tecnológicos reales con otros inventados: hiperespacio, moto-jet, psicohistoria, cerebros positrónicos, antigravedad, terraformación… El lector entra en ese juego y los acepta como reales y científicos. Pero son tan fantásticos como un Hechizo de Fuego o La invocación de Yog-Sototh.

La Fantasía se desnuda ante lo irreal, lo acepta, lo abraza y lo proclama a los cuatro vientos. La imposibilidad es su seña de identidad y su orgullo.

La CF, en cambio, trata de disfrazar lo irreal de real, intenta explicar lo inexplicable, medir lo que no es mensurable. La seña de identidad de la CF es el enmascaramiento de su Fantasía implícita, pues la viste con el disfraz de Ciencia y de posibilidad científica. La CF niega cualquier atisbo de Fantasía: no puede haberla. No debe haber nada que la CIENCIA no pueda explicar.

Otra diferencia entre Fantasía y CF es que aquélla siempre mira “hacia el pasado”, mientras que la CF se proyecta “hacia el futuro”. La Fantasía presenta entornos medievales o de la Antigüedad. Como mucho, entornos del presente. Pero no futuros. En la CF el hecho sobrenatural sucede en el futuro, en un ambiente “futurista”. Tal vez suceda en el presente, pero en un presente que repercutirá poderosamente en su propia actualidad, que la hará avanzar más rápido de lo que debiera. De ahí que en sus comienzos a la CF se la llamara “Literatura de Anticipación”, porque trata de anticiparse al propio futuro. ¿Y cómo lo hace? Con una fantasía a la que disfraza de Ciencia.

No quiero con esto desprestigiar a la CF, pues debe mantener todas estas características que la hacen tan atractiva y tan... (¿por qué no decirlo?) mágica. Es más, la CF tiene que funcionar de este modo y no de otro.

De manera análoga, la Fantasía debe respetar sus propios cánones, pues resultan pueriles esos libros en los que hay una especie de ciencia matemática para la Magia, una normativa de hechizos y contrahechizos, como si estuviésemos leyendo un recetario de cocina. El buen autor de Fantasía ha de mantener la magia y lo sobrenatural teñido de cierto misterio, conseguir el equilibrio entre la verosimilitud y el enigma indescifrable que supone la Magia en sí misma. Del mismo modo que en la CF no puede haber Magia, sino CIENCIA, en la Fantasía la MAGIA no puede transformarse en Ciencia.

La CF y la Fantasía no deberían ser enemigas. En el fondo comparten la sana intención de hacer escapar al lector del mundo tiranizado por la ciencia cotidiana, por la tecnología, por lo que se puede medir. Ambas le llevan a universos en los que lo irreal es real, lo imposible sucede y por ello nos maravilla una y otra vez. La Fantasía y la CF, por basarse en hechos sobrenaturales, son escapismo en estado puro. El lector no sólo escapa del entorno cotidiano, sino incluso del mundo físico y científico que le rodea.

Por todo ello (recordemos el principio del artículo), la Fantasía y la CF casan tan bien en los subtítulos de las revistas de relatos. Por ello en las baldas de las librerías los libros de una y otra casi siempre están cercanos, a veces lomo con lomo. Es otra prueba de que en realidad la CF y la Fantasía son partes del gran GÉNERO FANTÁSTICO, dos ramas de un árbol que se nutre de lo sobrenatural.

Hasta ahora, al comparar Fantasía y CF, hemos visto la desigualdad en lo igual. ¿Por qué no ver también la igualdad en lo desigua.


Andrés Díaz

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Literariamente no solo no es mas que reconciliable, si no sano y necesario. Aunque no debemos olvidar que el instrumento que nos permite intercambiar estas opiniones, aquí y ahora, ha sido creado y es mejorado con ciencia. Al igual que el papel y la imprenta. Las enfermedades se curan con ciencia, real y activa y de campo, queda muy lejos de la anodina descripción que has dado en tu artículo. Te recomiendo hables con cientificos de verdad, de como trabajan y viven y descubriras la belleza de la ciencia. La buena ciencia de ficción, es especular con la ciencia real presente lo que podría suceder de seguir evolucionando de una determinada manera, otra cosa muy distinta es la ampliación, mezcla o invención por motivos literarios y de entretenimiento, incluso par apoder fantasear, es necesaario un componente físico y organico, es decir la imaginación sostenida por un cerebro humano con sus respectivas neuronas. No obstante comparto la intención de unir la belleza de ambos generois literariamente hablando. Pero cada cosa en su sitio.

Un cordial saludo.

Gabriel Guerrero Gómez.

Anónimo dijo...

Ahora que lo pienso, la polemica está sembrada. ¡Salvese el que pueda!.

Gabriel Guerrero Gómez

Anónimo dijo...

Ahí esta la cosa. La CF-Fantasía trasnmuta la realidad. De donde la gracia está en contar historia facilitando las claves que organizan esa nueva-realidad sin que te salga un trullo

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, tanto contigo como con Andres de hecho, ahora que lo pienso, concretamente él ha publicado dos recomendables titulos de ambos generos, demostrando que no son ireeconciliables en absoluto. "El camino del Acero" de Fantasía y "El Imperio contra Dios" de Ci-fi. Yo creo que cuando una historia esta bien hecha esta bien hecha, la igual el genero. Lo importante es que sea divertida. No se como lo vereis.:)

Anónimo dijo...

A lo que añadiría: Cada genero ofre su propia belleza.

Gabrie Guerrero Gómez

fjsi dijo...

Madre de Dios, que empanada.

Limitar el ámbito de la ciencia-ficción a su componente especulativo en lo que respecta a la ciencia puede servirle a Andrés para apuntalar su argumentario, pero cualquiera un poco leído pondrá decenas de ejemplos en los que la ciencia apenas tiene protagonismo, desde libros como 1984 hasta películas como GATTACA, pasando por toda la ciencia-ficción de Ballard, son perfectamente identificables como ciencia-ficción, pero en absoluto son "cientifistas", exploran otro tipo de cuestiones, pero creo que nadie se atrevería a tildarlas de "fantásticas". Ahora hay una corriente que pretende que todo lo que no tenga una fuerte componente científica deje de llamarse ciencia-ficción, pero bueno, ese es otro tema.

La inclusión repetida del término "sobrenatural" en el artículo introduce un plus de confusión bastante importante, sobre todo cuando se pone al mismo nivel las artes de birlibirloque de un brujo con las investigaciones de un físico teórico, por ejemplo. El brujo si que se dedica a cosas sobrenaturales, el físico intenta comprender como es la naturaleza, no trascender a ella, y existe la posibilidad de que aquí a unos años un ingeniero sea capaz de construir un aparato que aproveche las investigaciones del físico. La ciencia-ficción se aprovecha de esa tecnología, real o imaginaria, y se articula alrededor de ella procurando mantener un mínimo de racionalidad, no de arcanos "porqueyolodigo".

De todas formas, lo que me ha matado ha sido la visión acartonada del científico y sobre todo la afirmación de que se pueden clonar ovejas y no humanos. Demoños, biológicamente las ovejas no son demasiado diferentes a los primates, en modo alguno es un bicho más "sencillo" que un ser humano, sólo más lanudo y no muy listo. Que no se hayan clonado seres humanos tiene más que ver con la ética que con la habilidad de los genetistas, de ahí que UN MUNDO FELIZ sea una novela de ciencia-ficción (racionalidad, plausibilidad), no de fantasía.

Anónimo dijo...

Vaya, un punto de vista muy interesante. Me está empezando a gustar esto de meterme por aquí. :)
La novela de un mundo feliz la tengo pero todavía no me la he leido. ¿Que tal esta?.

G.G.G

Anónimo dijo...

Siempre he pensado que el género fantástico es una especie de cajón de sastre en el que puede caber casi de todo, desde la Ilíada hasta Fundación pasando por los libros de caballerías. Esto es algo evidente.

El problema consiste en que de un tiempo a esta parte se han empeñado en identificar a la fantasía con el subgénero que podríamos denominar como de espada y brujería, o de magia y dragones, como se prefiera... y es evidente que éste no tiene nada que ver no ya con la propia ciencia ficción, otra rama del mismo árbol pero completamente distinta, sino incluso con otras vertientes de la fantasía clásica como, pongo por ejemplo, las obras de Lovecraft, de Poe o la novela gótica.

Que te guste o no la espada y brujería es una opción personal e igual de respetable en uno u otro sentido, pero que se la confunda con el resto de los géneros o subgéneros fantásticos, incluyendo a la ciencia ficción, es cuanto menos confuso, y desde luego muy poco apropiado. Fantasía es todo, pero cada cual es diferente de lo demás.

Anónimo dijo...

Otro punto de vista bien argumentado. Si. :)


G.G.G

Anónimo dijo...

Casi coincido con José Carlos; creo que el género fantástico puede englobar a muchas variantes, pero todas y cada una tienen sus especificidad.
Porque entonces habría que definir terror, vampirismos,...
¿Y qué decir de la narrativa actual? ¡Uf, que empanada se me pone!

Un grupos de amigos, dijo...

Gracias a todos los que abéis entrado hoy y a los que habéis dejado comentarios.
Este dinamismo es el que pretendíamos con nuestra bitácora.
gracias

Manuel Nicolás dijo...

Que no cunda el pánico. Que no se pretenda entender que los ciencia-ficcioneros nos creemos una élite superior a los fantásticos o a los terroríficos y exigimos nuestra independencia. No se trata de eso.
A mí particularmente, me gustan los tres géneros y leo los tres. También me gusta la novela policíaca, pero no pretendo asimilarla a la fantasía por que me guste.
Son simplemente cosas distintas, en algunos casos perfectamente identificables y en otros fronterizos, pero distintos.
Además, está el fenómeno que comenta Canalda de la Capa, Espada y Brujería, asimilada a toda la Fantasía. El hecho cierto es que este tipo de fantasía arrasa en ventas actualmente. Y por eso últimamente nos encontramos con muchas novelas de Futuro, Espada y Brujería. ¿Son Ciencia Ficción?. Modestamente opino que no. Pero la verdad es que venden mucho más, así que................ ¿y que más da?.
Otra cosa es que la Ciencia Ficción venda hoy en día exactamente uno o ninguno. Eso es otro problema que habría que analizar con detenimiento.

Saludos:
Manuel Nicolás

Anónimo dijo...

Yo no estoy de acuerdo en absoluto con la nota. Creo que la ciencia ficcion realiza proyecciones sobrecosas que cientificamente podrian llegar a suceder en algun momento(como la clonacion de humanos) y la fantasia se refiero a sujetos o sucesos que JAMAS formaran parte de nuestro mundo, como por ejemplo un dragon con todas sus caracteristicas, que no existe ni existira. Me parece una perdida detiempo que intenten fucionar ambos generos,por que generaria problemas para gente como yo que le gustan los libros fantasticos y no los de ci-fi. Y si son tan iguales? por que me sucede esa discrepancia?

Bueno saludos!