Para todo autor el problema es encontrar lectores.
Hay en Segovia, donde vivo, una casa sobradamente conocida. La casa de los picos. Su única gracia es que la fachada está integrada por cientos de piedras talladas en forma de pirámide. A veces me pregunto: si tuviera que elegir uno de los picos, ¿con cuál me quedaría?
Imaginen una calle con una tapia a
Los autores somos los ladrillos. (Bien, en rigor nuestras obras, y nunca mejor dicho).
El problema es conseguir que el viandante se lleve “nuestro” ladrillo a casa.
¿Cómo?
Obviamente, llamando la atención sobre nuestro ladrillo.
Hay varias fórmulas. Una primera es la saturación del punto venta. El viandante se fija en los ladrillos que quedan a su altura visual, si yo concentró mis tochos allí, y encima, en la zona más bonita de la calle, más probabilidades tendré. Extrapolado al mundo del libro, esa es la política de lineales que se sigue en grandes librerías e hipermercados. Quien más paga, más género coloca en
Otra estrategia es buscar la complicidad de alguien en quien el viandante deposite su confianza a la hora de elegir ladrillos. Es la política del prescriptor, el que te dice que el libro de tu interés está en la fila 2 columna 230.
Otra es pintar de verde mis ladrillos. Posiciono la marca verde como referencia para el cliente y pinto mis ladrillos de verde. Es la política de la diferenciación de producto por marca. El libro-marca, el autor-marca, el género-marca...
Para una pequeña editorial, para un pequeño autor, resulta difícil competir ni en marca ni en pagar más para colocar género en
Para un modesto autor, la principal baza para llamar la atención es movilizar gente que hable bien de su libro (Metaversos en mi caso, ¡compren Metaversos!) o concentrar nuestro mensaje en un segmento que sepamos a priori interesado por la temática de nuestro libro.
No es fácil, pero tampoco imposible, vender libros más allá de
Faena del editor (¡y del autor!, que no deja de ser un comisionista) es, amén de editar y escribir correctamente, diseñar la estrategia de venta para cada caso.
Y termino con la casa de los picos. Se trataba de una casa noble “normal” a la puerta de
Luis Besa
3 comentarios:
Una exposición muy acertada.
Así son las cosas para un escritor novel.
Da ánimo leer consejos así, por lo tanto, ¡manos a la obra!
Un artículo interesante. Coincido con vosotros. :)
G.G.G
Para el escritor novato, sobre todo de género minoritario, las dificultades empiezan mucho antes. Primero hay que conseguir que el ladrillo llegue a la pared, y con el pitorreo que se llevan las distribuidoras con la gestión de tiradas cortas...
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