lunes, 11 de enero de 2010

Almenara


Con el sugerente título de Almenara, de Ignacio Isla, y una bonita portada con una clara alusión a nuestros ancestros árabes de Al-Ándalus, cuya cultura y saber perdura todavía entre nosotros hoy día, el autor nos ofrece una pequeña joya literaria dividida en tres partes: La primera con un poemario homónimo inspirado en las jarchas y moaxajas árabes con ese toque amoroso, sensual y erótico que nos trae ensoñaciones muy semejantes a las historias entrelazadas de Las mil y una noches, mostrándonos la belleza de este fascinante genero cuya savia es la pasión transformada en palabra. A continuación le suceden dos leyendas en prosa, narradas con un estilo sencillo y elegante: El crismón y las Filacterias. Respecto a la primera leyenda, cabe señalar que un crismón es una pieza de orfebrería de oro macizo y pedrería que solía tener la forma de un Cristo y se utilizaba antaño como ofrenda a la Virgen María. Sobre un crismón gira la trama, describiendo el desenlace de los días finales del último rey visigodo en España: Don Rodrigo. Donde la traición, la avaricia y las luchas de poder condenan tanto a la carne como al alma hasta su inapelable final. La segunda leyenda debe su nombre, Filacterias, a cada una de las pequeñas envolturas de cuero que contienen tiras de pergamino con ciertos pasajes de la escritura del Talmud, el libro sagrado judío. El pueblo judío suele usarlos tradicionalmente en ciertos rezos, llevando estas ataduras, una en el brazo izquierdo y otra en la frente. El protagonista, Suleymán, un próspero hombre de negocios, cae presa de una terrible tentación a través de una apuesta cuya salvación y redención vienen de la mano del arrepentimiento y del amor.

Es curioso e incluso hasta sorprendente, como este joven autor enamorado de la lírica, demuestra poseer excelentes dotes para la narración histórica. Con lo mínimo es capaz de expresar lo máximo.

Simplemente disfrutad la lectura de Almenara, porque merece la pena. Y es que, en palabras del propio autor: “…para que las cosas bellas no dejen de sorprendernos…”

Biografía

Ignacio de Isla nació en Madrid en 1975, en una familia con raíces literarias, ya que Ángel Lera de Isla, hermano de su bisabuela Guadalupe, fue un escritor y periodista castellanoleonés autor de varios cuentos para niños y de algunos ensayos sobre la actualidad de España, en la época de la II República y del franquismo. Además, por esa misma línea se llegaba al padre José Francisco de Isla, clérigo del siglo XVIII autor Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, del cual es pues descendiente; en honor a ellos ha tomado el apellido De Isla en lugar del suyo propio.

Desde muy niño le inculcaron el hábito de la lectura (Julio Verne, Perrault, Andersen, Samaniego) siendo su abuelo Santiago la persona que le alentaba esa afición. Ya adolescente sus lecturas comienzan a ser los clásicos de la literatura española, la Generación del 98 y la del 27 y la mitología grecorromana, merced a sus estudios humanísticos.

A los quince años escribe sus primeros poemas, empezando a coger el gusto a la poesía, siendo Pedro Salinas, Antonio Machado y Konstantinos Kavafis, sus preferidos. Estudia Filología alemana y sus lecturas se enriquecen con la tradición germánica (especialmente el expresionismo). Ha escrito varios poemarios inéditos hasta la fecha en que reflexiona sobre la vida, sobre el amor y sobre él mismo.

Lo indiscutible es que es la lírica el género que ha elegido para cultivar su vocación, o mejor dicho, la lírica le ha elegido a él. Así hasta Almenara, compuesto entre los años 2003 y 2005.


Gabriel Guerrero Gómez

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