Al que toca, toca. Durante los siguientes años me tocó explicar lo de Internet a los lectores del diario. Hasta el 97, las peleas con el redactor jefe fueron constantes. El hombre, con buen criterio, me obligaba a explicar en el titular qué coño era aquello de Internet. Hoy parece tontería pero entonces internet era un nombre vacío para el gran público, así que había que sustancializarlo con titulares imposibles del tipo “Hacienda admitirá declaraciones por la nueva red telefónica informática entre ordenadores domésticos”. Página web se retraducía a “una noticia en la red informática”. Así hasta que los lectores se familiarizaron con los neologismos …
Vale de batallitas. Pronto todos vimos la potencia del invento. Ahorrarse el papel, comercio electrónico, bases de datos compartidas… Todo un mundo. Sin embargo, cuando allá por el 98 el que no estaba en la red simplemente “no estaba”, nos dimos de bruces con El Problema. ¿Cómo rentabilizar económicamente Internet?
Con publicidad, nos dijeron.
Y sí, la publicidad ha sido el principal factor de amortización de las inversiones en Internet de los medios de comunicación. ¡Pero qué factor tan magro! En los diarios, por ejemplo, la publicidad on line te la regalan al contratar publicidad papel. Todos hinchan la partida, pero el más saneado de los medios reconoce girar un 5% por publicidad on line, y aún ese 5 es hijo directo de
Hasta dónde sé, la inviabilidad de cobrar servicios por internet es el talón de Aquiles del sistema. Internet se ha cargado ya a la industria musical, los DVD y el soft de pago. Que se coma a la tele, la prensa y al incipiente sector editorial eléctrico es cosa de tres años.
Sé que lo que voy a soltar es polémico, pero alguien debe sumar 2+2=4. Elaborar noticias cuesta pasta. La información de calidad, contrastada y seria, precisa profesionales, medios y una red comercial extensa. La publicidad es enemiga de la independencia.
Tras haber visto como se intentaba todo (cobrar por suscripción, por descarga, por mil formas), entiendo que la solución pasa por un impuesto sobre
Naturalmente, el reparto debería mediatizarse por
Yo es que ni lo pienso. Los derechos de autor pasan por gravar con impuestos el acceso del mercado al producto sujeto a esos derechos. Y punto. De paso acabamos con tingladillos (arhimillonarios) como la SGAE.
¿Cómo? Tan sencillo como validar una objetiva estadística de descargas, generar el oportuno mecanismo de inspección anti-fraude y repartir el fondo de la cuota correlativamente al volumen de bytes descargados por el usuario final. Parafraseando al “tío de la vara”, tantas gallinas entran, tantas salen.
En España hay 9.060.000 líneas ADSL. Un 25% sobre la cuota de conexión supone cosa de mil millones de euros, una tarta tan gorda como el propio mercado editorial español. ¿En qué estarán pensando los grandes grupos?
Luis Besa
2 comentarios:
Una propuesta interesante aunque hoy por hoy, la publicidad manda y no sé yo si la idea cuajaría.
No cuajaría (fundamentalmente por SGAE y el rebote de los consumidores) pero no por la publicidad. La publicidad que se destina a internet es residual, yo diría que irrelevante, aproximadamente, dos de cada 100 euros. mailing postal, soportes estáticos y móviles, papel, tele, radio, prensa, van antes... En España, los diarios ofrecen gratis la publicidad en internet a sus anunciantes papel. Luego se giran las cantidades a la cuenta de internet y se hincha el pastel.
Nada, una ruina...
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