lunes, 22 de febrero de 2010

Virgencita que me quede como estoy

Hoy me toca hacer de enemigo en casa. Me apasiona toda la cuestión relativa al libro electrónico y me enorgullece colaborar con una editorial como Equipo Sirius, que se ha distinguido por ser pionera en la adopción de la tecnología como seña de identidad de la casa.

De algún modo, desde Sirius se amplifican las voces de quienes apuestan por el formato electrónico como futuro del libro. Como de todas maneras lo que será, será, se aboga por depurar las estructuras comerciales de venta del nuevo formato y lanzarse a esta apasionante piscina como corresponde, de cabeza o en bomba, nunca jamás de barrigazo.

Sin embargo, hoy por hoy los dispositivos lectores no encuentran su espacio en el mercado, no existe consenso en cuanto a estándares, ni mucho menos en cuanto a precios. Una abrumadora mayoría de la industria se limita a esperar acontecimientos desde una posición marcadamente conservadora: si hay que ir se va, pero no seré yo el que mueva ficha, parecen decirnos.

En el trasfondo está el miedo de sustituir un modelo de negocio que funciona (de aquella manera pero funciona, sobre 6.000 millones mueve el sector del libro) por otro que sin embargo y hasta la fecha no ha sido nada bondadosa con la industria de la cultura. Es así que el personal se pregunta o debería ¿Cuál será el modelo de negocio? ¿Dónde está la pasta?

Ahhh….

Muy ilustrativa resulta la historia del CD. Allá por 1984 la industria musical disponía de un revolucionario formato con el que se pensaba, por un lado, abaratar costes frente al vinilo, por otro jubilar los tocadiscos y sustituirlos por lectores ópticos, y lo que conlleva, renovar discotecas enteras. Además estaba la espinosa cuestión de la piratería, el vinilo era fácilmente reversible a cinta cassete. Se consideraba que la digitalización acabaría con ese problema. Este era el modelo de negocio, renovar las discotecas privadas y sacar un soporte más barato y refractario a la copia privada.

A modo de vaselina se vendió la moto que el CD era un formato más duradero que el vinilo (lo cual es falso), de mayor calidad sonora (falso también) y más barato (más falso todavía, al menos no lo era en el punto de venta). Es igual, la cosa funcionó de maravilla durante casi diez años. Las multinacionales ganaron tanta pasta que prácticamente eliminaron del mercado a las independientes. Y entonces se popularizan los PCs grabadores reproductores (eso fue a finales de los 90) y empieza el fin. La música digitalizada era mucho más fácil de copiar que el vinilo, si antes para piratear un disco se precisaba grabar en analógico, o sea en tiempo real, con el CD podías “fotocopiar” cualquier trabajo en segundos. El mundo se pobló de chinos que ofrecían puerta a puerta los grandes pelotazos. Cuando irrumpe internet, algunos consideran que es la que faltaba y otros se aprestan a diseñar un nuevo modelo de negocio basado en el pago por descargas. Modelo que no termina de despegar. El sector estaría terminal sino llega a ser por las descargas al móvil. Esa es la verdad. La parte buena es que la muerte del sistema comercial ha redundado en un renacer de la música en vivo.

El sector audivisual sigue el mismo camino en tanto la prensa escrita tampoco ni atisba un modelo de negocio que rentabilice sus ediciones digitales. Hablan de la publicidad en la red pero todos los que trabajamos en el sector sabemos que eso es una pura chorrada. Lo que pasa en la prensa es muy ilustrativo, un día se nos dice que todo en abierto a ver si ganamos difusión traducible en publicidad, y al otro se arría velas y se vuelve al diario online de una página con cuatro titulares, el resto a pagar. La única verdad es que el sector sigue viviendo de la venta en papel y de la publicidad en papel.

Este es un referente que da más miedo si cabe al sector editorial. Allá por el 97 muchos diarios se lanzaron a comercializar sus versiones electrónicas. Tan sencillo como cobrar una suscripción por descargar un ejemplar del diario del día. Resultado, desastre total. Ponlo al precio que quieras, es igual, este modelo no funciona. Y fuera de este modelo a nadie se le ocurre como sacar pasta de un periódico digital.

Así que, ¿cuál es el modelo de negocio? ¿Dónde están los números?

No los hay.

Es verdad que tenemos unos cacharrines novedosos que sin embargo no terminan de suscitar confianza ni entre el gran público ni a la propia industria. El problema básico es que tenemos un mercado acostumbrado a asignar valor cero a los contenidos electrónicos de índole cultural. ESTA ES LA COSA, internet = gratis = valor 0.

Ejemplo: ¿Cuántos de ustedes han pagado un duro por descargarse “Lost”? En gran medida, este “todo gratis” es inducido por las compañías de telefonía que son las que realmente rentabilizan internet. Mientras esto siga así, yo entiendo perfectamente al editor que a la sola mención del libro electrónico arruga el morro y maldice.

Una editorial es una empresa y la pregunta clave es y será siempre la misma ¿Cuál es el modelo de negocio? ¿Dónde está la pasta? ¿Cuál es mi plusvalía? El que acierte con la respuesta gana. Y la verdad es que es urgente dar una respuesta, de lo contrario vamos a la perversión del sistema, al cobro asimétrico de la banda ancha, es decir, facturar por megas de descarga y luego la compañía se apaña con el creador de contenidos, tal como pasa con los móviles. Si este es el futuro, apaga y vámonos. O una SGAE sobre la tarifa plana, todavía peor.

Ante lo cual dices. Virgencita que me quede como estoy y te esperas…

Luis Besa

jueves, 18 de febrero de 2010

Engaños, mentiras, autores y chiringuitos

El que no corre vuela. Se extiende como mancha de aceite la autoedición. Proliferan los chiringuitos que ofrecen el oro y el moro a autores desprevenidos.
En España pegas una patada al suelo y salen miles de autores con el lógico y legítimo deseo de ver sus obras publicadas. Poner negro sobre blanco y poder decir "he escrito un libro".
Y aquí entran a saco multitud de oportunistas que ofrecen la edición del libro al autor que lo desee. El servicio puede ser completo (a que me suena esta frase) o por partes: impresión, maquetación, venta y solicitud del correspondiente ISBN.
Veamos tarifas de una de estas "editoriales" sita en Almería.


Y si comparamos con lo que cobra, por ejemplo, Publidisa ¡voila! negocio redondo.
Ampliar para ver mejor.

Un libro de 80 páginas, 15 ejemplares, sale a 1,45€; es decir: 21,75€ en total. Hasta los 400 que cobran ¡¡378,25!!
Descontemos: la maquetación a precio de mercado puede salir, en el ejemplo, por 64 euros + 100 de la cubierta, no quedan 214,25€. No está mal. Si comparamos una tirada de 300 ejemplares...
Pero, además, ¡ojo al dato! al ser el ISBN de la editorial, CEDRO le realizará la correspondiente liquidación.

Carlos Muñoz

miércoles, 17 de febrero de 2010

Alarido de Dios


En Literatura fantástica se puede leer un magnífica crítica de Alarido de Dios (Equipo Sirius, 2009).
Destaca la acumulación de giros sorpresivos de la trama, las imágenes cargadas de truculencia, la mordacidad como contrapunto a tanta miseria, y el lenguaje irreverente lleno de fuerza de los diálogos. Un lenguaje bajuno y repleto de maldiciones e insultos que tiene la particularidad de resaltar los anacronismos (voluntariamente introducidos) como forma de evidenciar que, más allá de una obra de ficción, la novela es espejo de nuestro propio mundo.
Valoración: Muy Interesante
Luisma

martes, 16 de febrero de 2010

Sorpresas previsibles


Así titula el extraordinario y visitable blog patadaaldiccionario sobre algunos comentarios aparecidos en distintos medios de comunicación a raíz de la entrega de los Premios Goya 2010.

Yo siempre creí que las sorpresas (agradables o desagradables) las producen cosas que uno no se espera. Eso mismo se desprende de la entrada del DRAE, que define sorprender como

1. tr. Coger desprevenido. 2. tr. Conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible. U. t. c. prnl.

Pero parece que no, que hay sorpresas que uno se espera y otras que uno no se espera. Eso se desprende de la redacción de la noticia de la web de CadenaSer.com que da cuenta de la presencia de Pedro Almodóvar en la gala de entrega de los premios Goya 2011.

Si descartamos que la presencia de Almodóvar fuese algo raro o incomprensible (no resulta ni raro ni incomprensible que un director de cine esté en una entrega de premios de cine ¿o sí), nos tenemos que quedar con que nos cogió desprevenidos (no nos lo esperábamos), o lo que es lo mismo, era algo imprevisto.

Pero parece ser que tenemos que hacer sitio a las sorpresas previsibles. Véase cómo define la noticia la presencia de Almodóvar en la gala:

Toda una sorpresa totalmente inesperada

Sorprendente ¿verdad?

Pues sí, sorprendente.
Hay muchas más anécdotas a raíz de los susodichos Premios.

Carlos Muñoz

lunes, 8 de febrero de 2010

La Red ¿neutral o interesada?



Una declaraciones de César Alierta, Presidente de Telefónica, han levantado una polémica ya que puede afecta a la neutralidad de La Red.
Lo que es evidente es que los buscadores de Internet utilizan nuestra red sin pagar nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero también es evidente que esto no puede seguir. Las redes las ponemos nosotros; los sistemas los hacemos nosotros; el servicio postventa lo hacemos nosotros, lo hacemos todo. Esto va a cambiar, estoy convencido.
En EEUU. se ha apostado por la no descriminación y la neutralidad. En Europa parece que se apuesta por tendere más cables ópticos de última generación, y que las compañías cobren a los usuarios.
Sin embargo, no está claro que se pueda cobrar mucho más en España por unas líneas ADSL lentas y caras. En cualquier caso, parece que a corto plazo habrá dos tipos de ciudadanos: los llamados premium, que pagaran por los servicios digitales, y los de segunda clase, marginados de lo interesante.
Sin embargo, no conviene olvidar que las llamadas teleco están usando unas redes de propiedad pública cedidas graciosamente por su Majestad.
Por otro lado, si estamos pagando los usuarios esas redes ¿por qué incrementar los coste al usuario? No será que no saben buscar alternativas al negocio y se va a lo seguro: limitar la libertad en la red y que el que pueda pague y el que no...

lunes, 1 de febrero de 2010

Un pastor en su línea de Universo

Ayer era una tarde más de las muchas que suelo invertir en recorrer los campos de esta zona. Como siempre me acompañaba mi inseparable Wuan, un pequeño Fox Terrier de color canela que al igual que los fotones, no puede vivir ni un segundo de su vida quieto. El intenso frío nos hizo aligerar el paso. Normalmente solemos patear varios kilómetros de monte entre encinas, robles y pinos. Wuan se vuelve como loco corriendo de acá para allá. Siempre pilla alguna garrapata, ya sé que contar esto no tiene mucha trascendencia, pero a mí sí me resultó curioso cuando llegué hace unos años a estas tierras y pude comprobar la cantidad de garrapatas que suele haber en ciertas zonas de Castilla, están en la vegetación, deambulan por los caminos buscando a quien adherirse. Están ahí incluso aunque haya caído una nevada de impresión. Cierto día me encontraba yo sentada en una piedra cualquiera del monte degustando un exquisito bocata, cuando de repente comprobé perpleja cómo un ejército de tres garrapatas corrían a toda velocidad por la tierra en dirección a mis botas; me puse en pie y decidí experimentar con su comportamiento. Me alejé unos centímetros en una dirección contraria a la de su trayectoria y comprobé para mi asombro que ellas también lo hacían, repetí la jugada varias veces, pero ellas siempre tenían un único objetivo: perseguirme.

Pues ayer resultó que en mi paseo diario con Wuan no me encontré como cada tarde a mi amigo Remigio, un pastor que a diario saca a pastar su rebaño de ovejas. Fue precisamente él quien me reveló y amplió toda su gran cultura acerca del complejo mundo de la conducta garrapatera. Rodolfo, otro pastor vecino del pueblo, me explicó que Remigio se había tomado el día libre para resolver papeleos en la ciudad.

Encontré a Rodolfo sentado junto a un pino, ya era prácticamente de noche. A pesar de la baja temperatura, leía abstraído un libro que iluminaba con un frontal desde su cabeza. El título del libro cuanto menos, me dejó sorprendida “En la Línea del Universo”. Decidí sentarme un rato a su lado y que me contara…

<<… Que ¿qué es una Línea de Universo?, pues… a ver… es el lugar geométrico en el Espacio-tiempo de todos los sucesos asociados a una entidad concreta. ¿Quieres saber qué es un suceso? Pues es geométricamente un punto del Espacio-tiempo, es decir, algo que ocurre en un punto dado del espacio, instantáneamente, como por ejemplo el disparo de una cámara fotográfica. ¿Cuál es la Línea de Universo de esa cámara? Es la unión en el Espacio-tiempo de todos los disparos (sucesos) que ha realizado a lo largo de su vida útil. Como ves una cámara de fotos tiene su propia Línea de Universo, tú también tienes tu propia Línea de Universo, tu perro Wuan tiene su Línea de Universo particular, cada una de mis ovejas tiene su propia Línea de Universo, yo tengo mi propia Línea de Universo, en definitiva, todos los objetos, todas las personas, animales, plantas, bacterias, partículas… tienen su propia Línea de Universo. ¿Por qué esto es así? Porque cualquier objeto tiene una posición en el espacio y una evolución en el tiempo. Los conceptos: Línea de Universo y Suceso los introdujo el matemático ruso Hermann Minkowsky. Y fue precisamente él quien nos explicó que las propiedades geométricas de esta Línea de Universo en el Espacio-tiempo denominado de Minkowski tienen unas características muy concretas que hacen que las cosas funcionen de una manera muy diferente a como estamos acostumbrados en nuestra vida diaria…>>.

Alicia Capetillo Blanco