viernes, 27 de febrero de 2009

Escritoras fantástikas


Las mujeres escritoras no abundan mucho (en el pasado publicaban con el nombre de su marido o con un seudónimo masculino), y mucho menos dedicadas al género fantástico. Me escribe Lola Robles, una de nuestras mejores escritoras de ciencia-ficción, no muy prolífica pero enórmente subyugadora en los temas que trata.
Está realizando dos blog, Bibliografía de escritoras fantásticas, dedicada especialmente a recoger las obras publicadas en español por autoras de ciencia-ficción y fantasía.
El segundo, Escritoras fantástikas, está dedicado a las mujeres escritoras de géneros fantásticos, a las mujeres como personajes de obras, incluyendo reseñas, artículos, relatos.
Sin duda es, hoy por hoy, la mejor base de datos sobre todo lo que gira e torno a las mujeres en la ciencia-ficción, fantasía, terror y gótico. Se nota que Lola lleva muchos años investigando, recopilando datos, lo que le ha permitido realizar una muy interesante comunicación en el I Congreso Internacional de ciencia ficción y fantasía que se celebró el pasado año.
No me resisto a citar una cita que ella coloca en uno de los blog.
Sólo la ciencia ficción y la literatura fantástica pueden mostrarnos mujeres en ambientes totalmente nuevos o extraños. Pueden aventurar lo que llegaremos a ser cuando las restricciones presentes que pesan sobre nuestras vidas se desvanezcan, o los nuevos problemas y limitaciones que pueden surgir.
(Pamela Sargent)
Visitarlos, merece la pena.

Jorge Ruiz

martes, 24 de febrero de 2009

Entrevista a Julio Verne

Como estamos en carnavales, a nuestro amigo Gabriel Guerrero le han vestido de Julio Verne, y le ha realizado una entrevista en su 181 cumpleaños, en el periódico electrónico Guadaque, de Guadalajara.

Os recomiendo su lectura ya que afina algunas cosas de como "nos" vería ahora D. Julio.

Por cierto la fotografía corresponde a un monumento que tenemos en el puerto de... ¡¡Vigo!!

Carlos Muñoz

martes, 17 de febrero de 2009

El hard bien temperado



Por este blog pasamos –entre otros- algunos autores del catálogo de Sirius, los que no nos conocemos personalmente, nos conocemos por persona interpuesta, de donde resultaría enormemente feo –y contraproducente- poner a parir la novela de un compañero. Por lo mismo, si yo digo que La Luz del Infinito, de José Antonio Suárez, es un pedazo de novela, que me ha gustado un montón y que la recomiendo con entusiasmo, me dirán, con razón, que el planteamiento está viciado en su credibilidad.

Así que ¿qué hago ahora? Acabo de leer una magnífica novela. ¿Me quedo callado? Pues no. Voy a ver si les convenzo.

Estamos en un futuro remoto pero no lo suficiente como para desdibujar un mundo familiar en sus problemáticas. El planteamiento huele a Pohl, a Galáctica, a nave espacial de la buena... es ingenioso a la par que clásico. En el principio de la exploración estelar, los humanos mandamos IAs (conciencias o personalidades humanas envasadas en binario) más allá del Sistema Solar. Estas IAs terminan evolucionando en los errantes, conciencias que se encarnan en cuerpos criados ad-hoc. El cuerpo se muere y la IA se reencarna de nuevo. En sus devaneos por las galaxias, los errantes descubren los vestigios de una civilización alienígena extinta y de la que heredan la tecnología necesaria para el viaje hiperlumínico. Circunstancias de la vida, los errantes se desgajan en dos sociedades, una dictadura y otra más abierta, Utopía. Los recelos entre ambas facciones son brutales, hasta el punto que los “utópicos” optan por trasladar la tecnología alienígena a los castizos terráqueos, que hasta la fecha laguidecíamos en nuestro sucio, mortal, y no obstante tan querido planetita (más un poquitín de Marte y colonias sueltas). No crean que por ello los terráqueos nos mostramos muy agradecidos, no. Al contrario, las relaciones con los “fiambres”, como se conoce popularmente a los errantes, son entre pésimas y peores.

Para acabarlo de arreglar, encontramos una Tercera Vía, grupo terrorista de errantes disconformes con la dictadura de Varuna y la poco utópica Utopía. A partir de aquí se desarrolla un thriller, en si mismo, muy bien urdido.

Ahora bien, lo más deslumbrante de La luz del Infinito es el brillante y riguroso manejo narrativo del entramado científico. Si yo les digo que la novela habla de singularidades cuánticas, de la unificación de la física, del campo de Higgs, que hay también guiños a la bioquímica, al esbozo de cómo serían seres alienígenas y sus ecosistemas, ustedes me dirán que es una novela Hard. Y yo no sé que decir, supongo que sí. Lo que sé es que hay mucho talento narrativo y la historia, la trama, sustenta y asimila muy bien esos momentos hard que trufan el texto.

Es decir, uno de los problemas del hard –y en general de toda narrativa no realista- es trasladar al lector el “cómo es posible que...” Por lo común, no queda otra que insertar una digresión, una sobrecarga informativa, bien sea en forma de diálogo o un paréntesis discursivo. Y hay que ser sumamente habilidoso para que esta sobrecarga (que se añade al desarrollo de la trama, a la descripción de la situación y a lógica del personaje), primero tenga rigor, y segundo sea compatible con una lectura menos profunda de la obra.

Que no se cargue el ritmo. Hay que dosificarla, caracterizarla en el momento oportuno con analogías asumibles tanto para un adolescente como para un

licenciado en física. Es todo un arte dentro del arte que hace del hard “palabras mayores” en cuanto a género.

Personalmente, me parece que aproximarse vagamente a lo que hace Suárez es realmente difícil, meritorio y digno del mayor aplauso. No creo que en España encontremos cinco tíos capaces de escribir lo que él escribe. Y si no me creen, lean el libro y sabrán a qué me refiero.


Luis Besa



jueves, 12 de febrero de 2009

Premio Minotauro


Pues ya está. Ya sabemos quién ha ganado el Premio Minotauro. El finalista Fernando Jiménez del Oso, con la novela El templo de la Luna se ha alzado con el galardón.
Enhorabuena a los acertantes de nuestra encuesta, que por otro lado no ha estado mal de participación: 41 votos emitidos, de los que el 65% (27) se han inclinado por el ganador.
Y yo me pregunto ¿cómo es posible que sin haber leído la novela hayan apostado por él? Bueno, ni esa ni ninguna,... supongo. Solamente los miembros del Jurado han leido las cinco finalistas, ... supongo.
Espero ansioso saber el nombre del que firmaba con seudónimo, y también quién es Ángel Towers, ya que también suena a seudónimo (un nombre tan patrio con un apellido anglosajón),... ¿quién será?
Según EFE, que recoge elpais.com ""Este premio significa para mí un ¡Bienvenido al Club! un ¡Eres uno de los nuestros", apunta López de Oso al recibir el galardón."
Miedo me da la frase uno de los nuestros que me recuerda cierta película sobre los entresijos de la mafia. Y lo digo sin mirar para ningún lado... específico.

Carlos Muñoz

PD: los acertante pueden escribir un correo electrónico a luisma1965@gmail.com indicando que libro quieren dedicado por el autor, del fondo de Transversal.

Minotauro pero menos


El escritor madrileño Fernando J. López del Oso ha ganado hoy con su novela El templo de la luna la sexta edición del Premio Minotauro


¡¡¡Ja, ja, ja!!!

Me arruino con tantos que han acertado.


Jorge Ruiz

viernes, 6 de febrero de 2009

Mentiras bonitas


A mi generación nos enseñaron que trabajando duro y con esfuerzo obtendríamos grandes logros y podríamos llegar a lo más alto. Es una bonita mentira, pero mentira al fin y al cabo.

Veréis, conozco gente que se está currando lo suyo desde abajo. Escritores, músicos y pintores. Todos poseen unas cualidades que los hacen interesantes, más incluso que la media. Renuevan el panorama con ideas novedosas y diferentes. Algunos llegarán a lo más alto, no lo dudo, pero el camino será tortuoso.

Sin embargo, hablando ya de editoriales, lo que prima por encima de todo es un olfato algo desvirtuado para los grandes éxitos. Zafón fue toda una sorpresa, aunque lo terminó de catapultar Planeta. Raúl Argemí ganó un par premios y el público y la crítica terminaron por rendirse a sus letras. El problema, como he dicho antes, es que algunos editores ya no apuestan por escritores.

La nueva fórmula del escritor es bien sencilla: que hayan triunfado en otra cosa con anterioridad. Si no, es impensable la ola de “nuevos genios” provenientes de la televisión que están asaltando las librerías. Ángela Vallvey o Boris Izaguirre son los ejemplos más claros, aunque también podría nombrar a aquellos que provienen del mundo editorial o son hijos de grandes editores.

La conclusión que se saca de todo esto es que sí, que currando como el que más se puede alcanzar el cielo, pero que es mucho más sencillo tener un nombre conocido. Al igual que los cantautores que llenan cafeterías con sus maquetas, el camino correcto es publicar y publicar, y aunque no se tenga la misma dimensión que los grandes grupos editoriales, al final los que no empiezan la casa por el tejado suelen tener unos cimientos que les mantienen durante más tiempo.

Esta última frase puede que sea mentira, pero al menos es otra mentira bonita.

Claudio Cerdán

jueves, 5 de febrero de 2009

¡Hagan juego señores!


¡Vamos, vamos! que quedan 6 días para la votación, y al séptimo...descansar.
¿Cómo van las apuestas? 6 a 1 se paga el Sr. Jiménez.
¡Ánimo, el melón está punto de abrirse!

Jorge Ruiz

miércoles, 4 de febrero de 2009

Un buena propuesta


Esta es una recomendación de la Cruz Roja a nivel mundial. Las ambulancias y emergencias médicas se han dado cuenta de que, a menudo, en los accidentes de carretera, los heridos llevan consigo un teléfono móvil. Sin embargo, a la hora de intervenirles, no se sabe a quién contactar de la larga lista de números.
Nos lanzan, por tanto la idea de que todo el mundo añada a su agenda del teléfono movil el número de la persona a contactar en caso de urgencia, bajo el nombre: 'AA Emergencia' , (las letras AA es para que aparezca siempre como primer contacto en la lista).
Es sencillo, no cuesta nada y podría ayudarnos mucho. Si te parece bien, coméntaselo al mayor número posible de personas. Al fin y al cabo es un dato más que registramos en segundos y puede ser nuestra salvación.

Jorge Ruiz